Constituyen el componente principal ya que provee la estructura que le da resistencia a la placa filtrante. Se utilizan fibras de celulosas de máxima pureza las principales son de pino, eucalipto, linter de algodón, abeto. Parte del material celulósico utilizado es refinado en equipos especiales lo que permite regular las características de filtración de la placa.
Son restos fósiles de plantas unicelulares que vivieron millones de años atrás y que al morir se depositaron en el fondo de lagos y mares. Son básicamente dióxido de silicio; inertes, porosas, con buena resistencia mecánica y sus formas son variadas según su origen, como se muestra en las fotos más abajo.
Es un material que se obtiene a través de un tratamiento térmico a una roca de origen volcánico que contiene agua de cristalización, posteriormente moliendo y seleccionando su porosidad por medio de una separación en una mesa clasificadora formada por diferentes tamices. Su composición es dióxido de silicio con un porcentaje de trióxido de aluminio, no es porosa como la diatomea pero es más liviana, también es inerte y con buena resistencia mecánica. En las fotos siguientes se puede apreciar su forma.
La celulosa provee de resistencia a la placa, mediante la unión puntual entre las fibras celulósicas que han hecho contacto entre sí. Estas uniones puntuales se manifiestan en el secado de las placas durante el curso de su fabricación, que se desharían en el proceso al hidratación de las placas para su utilización. Para evitarlo, se agregan resinas sintéticas solubles en agua que polimerizan por la acción del calor durante el secado. Su función es hacer resistentes al agua, las uniones celulosa -celulosa y formar uniones adicionales insolubles entre los componentes de la placa como se observa en la foto.